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sábado, 18 de noviembre de 2017

ISIDRO ALMAZÁN FRANCOS

ALMAZÁN FRANCOS, Isidro
[Málaga del Fresno, 7 de noviembre de 1888 / Aravaca, 27 de agosto de 1936]

Isidro Leandro Almazán Francos nació el 7 de noviembre de 1888 en el pueblo de Málaga del Fresno, en la provincia de Guadalajara, y falleció en Aravaca, entonces un pequeño caserío a las afueras de Madrid, el 27 de agosto de 1936. Era hijo de Francisco Almazán Peñafiel y Ana Francos Rodríguez, un matrimonio de sencillos labradores que tuvieron otros dos hijos: Ana, religiosa, que después de secularizarse fue Inspectora de Trabajo, y Francisco, magistrado de Trabajo. Recibió en su bautizo el nombre de su tío, Isidro Almazán Peñafiel, que era sacerdote, y él mismo, en sus últimos años, ingresó como novicio en la Orden Franciscana, aunque no llegó a tomar los votos.
Su carrera docente
En su pueblo natal realizó sus primeros estudios, antes de ingresar en 1902 en el Instituto Cardenal Cisneros de Madrid para seguir los cursos de Bachillerato, examinándose para obtener el título de maestro. En 1907 era maestro interino de El Olivar, y ya entonces se destacó por promover una campaña para reclamar los derechos de los maestros interinos que llevó su descontento hasta el Congreso de los Diputados. En octubre de 1908 consiguió su primer destino definitivo en Humanes de Mohernando, ejerciendo después el magisterio en distintas escuelas de su provincia natal, como la de Atienza, en donde le encontramos en 1912, y en donde fundó una Mutualidad escolar de niños, al mismo tiempo que la maestra de la misma localidad, Agustina María Mortero, estableció la de niñas. En todos sus destinos se mostró muy activo en defensa de los intereses de los maestros y sus Asociaciones, como recogía en sus páginas la revista profesional El Magisterio Contemporáneo, y en 1914 fue uno de los delegados elegidos para el encuentro de la Asociación de Maestros de la Provincia de Guadalajara.
En enero de 1909 fue uno de los primeros firmantes un Manifiesto para erigir un monumento en Guadalajara a Álvaro de Figueroa, conde de Romanones, en agradecimiento al Real Decreto que, bajo su inspiración como ministro de Instrucción Pública, incluyó el salario de los maestros y los gastos de las escuelas en los Presupuestos del Estado, resultando elegido Contador de la comisión encargada de llevar a buen término el proyecto, que concluyó el 6 de octubre de 1913 con la inauguración del monumento, obra de Miguel Blay, frente al Palacio del Infantado.
En 1915 solicitó y obtuvo destino en la escuela de Orozco, en Vizcaya, aunque creo que nunca se incorporó, y en 1921 consiguió por oposición un destino en la Escuela Nacional Modelo de Madrid, pasando en 1925 a la escuela unitaria número 6 de la misma ciudad; más adelante, fue director de la sección de niños del Grupo Escolar Menéndez Pelayo. Asimismo, dirigió la Institución Divino Maestro, una residencia universitaria fundada en 1927 por el Arzobispo de Madrid Leopoldo Eijo y Garay que acogía a 400 estudiantes de magisterio. También impartió docencia durante algún tiempo en el Centro de Enseñanza de la Editorial Reus, concretamente figuraba entre los profesores de la sección de Magisterio, y en el Instituto Pedagógico, un proyecto de alternativa católica a la krausista Institución Libre de Enseñanza.
En 1921 solicitó ayuda por primera vez a la Junta para la Ampliación de Estudios, centro oficial de inspiración krausista, para ser incluido en uno de los grupos de maestros que visitaban otros países europeos para conocer determinados aspectos de su sistema educativo; concretamente, Isidro Almazán estaba interesado en la prevención y tratamiento de delincuencia infantil, asunto al que ya había dedicado varios artículos y conferencias cuya relación adjuntaba a su solicitud.
Pero su auténtico propósito era, según carta enviada al nuncio Francesco Ragonesi en 1919, "estimular a los elementos católicos para que aprovechando el concurso que publica la Gaceta Oficial soliciten pensiones de estudios en el extranjero, evitando de este modo el que las mismas vayan a parar, como hasta aquí generalmente ha sucedido, a personas que militan en las izquierdas y que luego por este solo hecho adquieren méritos reconocidos para oposiciones, concursos, etc, en la enseñanza oficial", un objetivo político partidista y opuesto al espíritu pedagógico que sostenía a la JAE.
Diez años después volvió a dirigirse a la JAE, en esta ocasión en una solicitud conjunta con África Ramírez de Arellano que dirigía la sección de niñas del colegio público Menéndez Pelayo, para visitar Bélgica y conocer de cerca el método pedagógico de Ovide Decroly, con el propósito de aplicarlo en su centro educativo madrileño. En esta segunda ocasión le fue concedida la beca y en junio de 1931 comenzó su gira por Bélgica, visitando distintas escuelas y centros superiores, aunque solicitó poder adelantar su regreso “pues la vida es muy cara y difícilmente puede pasarse”. Según la Memoria de la JAE, visitó el Instituto Decroly, la Escuela L'Hermitage, donde estaban en práctica las teorías de Decroly, el Instituto de Pedagogía de Santo Tomás y la Sección de Pedagogía de la Universidad Católica de Lovaina.
Su acción política
De fuertes convicciones cristianas, fue un activo propagandista de los principios del magisterio católico en la convulsa España de su tiempo, alcanzando la presidencia nacional de la Confederación Nacional de maestros católicos. También perteneció a la Asociación Católica Nacional de Propagandistas (ACNP), que articuló a la intelectualidad confesional española, bajo la influencia del cardenal Ángel Herrera Oria. En 1919 ya participó en una gira de propaganda por Andalucía, con el objetivo de frenar la creciente influencia del anarquismo entre los jornaleros durante el llamado Trienio Bolchevique, y con el encargo específico de adoctrinar y organizar a los niños de las escuelas y formar mutualidades escolares católicas. También sabemos que visitó con este mismo motivo otros lugares, como Salamanca p Los Santos de Maimona, en Badajoz.
Muy pronto Isidro Almazán pasó a participar activamente en política y en 1921 se hizo cargo de la secretaría particular del Subsecretario de Gracia y Justicia en el gabinete conservador que presidía Manuel Allendesalazar y en el que Vicente Piniés Bayona era su ministro. En febrero de 1930, nada más finalizar la Dictadura primorriverista, le fue concedida la cruz de caballero de la Orden del Mérito Civil.
A raíz de la sublevación del Ejército de África fue detenido por milicias leales a la República y murió fusilado en la localidad madrileña de Aravaca en agosto de 1936. Pocos días antes había sido decretada su “cesantía” como maestro nacional y director del grupo escolar Menéndez y Pelayo. Al acabar la Guerra Civil, en abril de 1939, se cambio el nombre de una serie de grupos escolares de Madrid y al llamado Luis Bello, en el barrio de Prosperidad, se le denominó Isidro Almazán. También en su provincia natal el Delegado de Educación Nacional de Guadalajara, Antonio Velasco, solicitó en marzo de 1942 que se diese el nombre de Isidro Almazán al colegio público del Barrio de la Estación y el de División Azul al situado en la Plaza de Prim, propuesta que contó con el apoyo del Ayuntamiento y del Inspector Jefe de Educación, Lucio Yubero, que inició las gestiones para que así fuesen llamados.
Escribió numerosos artículos en la prensa profesional y católica, señaladamente en los diarios El Debate y ABC de Madrid y en los semanarios Flores y Abejas y La Crónica de Guadalajara, a veces con el seudónimo de “El maestro palmeta”. Fue director de la revista Atenas, de la Federación de Amigos de la Enseñanza, impulsada por el sacerdote Pedro Poveda.
También dio a la imprenta dos libros dedicados a la instrucción de los maestros: el Libro del opositor a escuelas, editado en 1915 por el editor e impresor católico Antero Concha y que se vendía por el módico precio de una peseta, y La formación de maestros, que salió de las Gráficas Alpinas de Madrid en 1930. Además publicó el libro El párroco en la escuela, que se imprimió en la Tipografía Fénix de Madrid en 1923. Algunas de sus conferencias fueron recogidas en sendos libros que vieron la luz en 1918 y en 1936: las Conferencias pedagógico-sociales organizadas por la Escuela Española, escrito en colaboración con Alfonso Benito Alfaro y editadas en Madrid en la Imprenta del Asilo S. C. de Jesús en 1918, y Metodología y psicología educativa, obra impresa por la Federación de Amigos de la Enseñanza en 1936.
JUAN PABLO CALERO DELSO

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